sos el individuo mas al pedo del mundo nùmero

10/12/14

Me tiene las pelotas hinchadas la cultura del histeriqueo. Esa cosa por la que parece que todos vivimos jugando al jueguito del gato y el ratón. No, no todos estamos jugando. O sí, pero tal vez no a ese juego. Estoy cansada de hablar con gente que pregunta "¿Vos decís que me va a llamar?""¿Te parece que le gusto?". Nos hicieron creer que en el histeriqueo es parte de la "conquista" y hasta nos creímos que está bueno. No, no está bueno. No está bueno dudar de todo. No está bueno comerse la cabeza esperando que el otro espere que vos hagas algo que no hacés porque tenés que jugar. Uno cuando quiere, quiere. Hasta el pelotudo más pelotudo, cuando quiere, quiere y lo demuestra. No porque quiera, lo hace porque no le sale de otra manera. Y no hablo de amor, hablo de tener ganas, de querer con la piel. Cuando querés, no te importa el orgullo, no te fijás en lo que el otro va a pensar. O si lo hacés, te lo pasás por el culo, porque las ganas pueden más. ¿No te llama? No le interesás. U otra le interesa más. Al caso, da igual.  ¿Te cogió y no llamó más? A lo mejor estuvo bien, pero no le moviste el piso. No es complicado, somos mucho más sencillas de lo que nos hicimos creer entre todos. El histeriqueo es, sencillamente, un regodeo del ego. Una tentativa de sentir que le movemos algo a alguien. Si te histeriquea, no te quiere. Y vos no te merecés que no te quieran. Ni vos, ni yo, ni nadie. Nos merecemos mover pisos, quemar pieles, ser huracanes. Nos merecemos que nos llamen, que nos escriban, que nos hablen. Nos merecemos el fuego en la piel, las ganas. No te preguntes nada más. No te quiere. Llevate las ganas a un lugar mejor. Movele el piso a alguien.

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¡SHH!